VILLAVIEJA, UNO DE LOS PRINCIPALES ASENTAMIENTOS DEL CALCOLÍTICO DE ANDALUCÍA

Vista general del primer lienzo de muralla, con torreones y bastiones adosados

JOSÉ ÁNGEL MARINA GIL

El yacimiento arqueológico de Villavieja, joya excepcional del patrimonio histórico andaluz, alberga una muralla de más de 300 metros de longitud y de 3,10 metros de altura en perfecto estado de conservación

El yacimiento arqueológico de Villavieja se sitúa en el Paraje denominado los Tajos de la Villa Vieja o simplemente Villavieja, del cual toma su denominación, a 1,5 km de la localidad de Fuentes de Cesna, en el término municipal de Algarinejo (Granada). Está considerado tanto por la extensión de su perímetro amurallado (con tres recintos murarios), cuya primera línea de muralla supera los 300 metros de longitud, como por su extensión, de unas tres hectáreas, como uno de los principales asentamientos del Calcolítico no solo de la provincia de Granada sino también de Andalucía, el cual fue ocupado hacia 2800/2700 a.C. y abandonado hacia 2200/2100 a.C.

El interés por los vecinos de Algarinejo ha permitido que a partir de 2012 dieran comienzo las intervenciones arqueológicas para dilucidar el enigma de Villavieja, identificando al lugar como una de las ciudadelas fortificadas de aproximadamente de 4.500 años de antigüedad.

De hecho tiene una serie de particularidades que lo distinguen de otros existentes en el sur peninsular, y que le confieren una singularidad excepcional.

En primer lugar, su descubrimiento es reciente, producido a principios del siglo XXI, a diferencia de otros mejor conocidos y estudiados en la región, que habían sido reconocidos en el siglo XIX, como por ejemplo el conjunto monumental de Los Millares (Santa Fe de Mondújar, Almería). Este factor influye en su conocimiento y puesta en valor.

En segundo lugar, se trata de uno de los pocos sitios prehistóricos que se destacan sobre el territorio, siendo visible desde el cielo. Ello es debido a la excepcional preservación de su recinto murario. Las características líticas del mismo, de arenisca calcárea fosilífera, han permitido que después de casi cinco mil años conserve en excepcional estado su perímetro amurallado (se compone de tres lienzos de muralla) una altura apreciable (su primera línea muraria, de más de 300 metros de longitud, alcanza 3,10 metros de altura, si bien la altura originaria llegaría a alcanzar 5 metros de altura), que cierra de parte a parte las escarpadas elevaciones de estos acantilados rocosos.

Su monumentalidad se aprecia, por tanto, en la estructura de su perímetro amurallado, compuesto por tres lienzos de murallas de hiladas de mampostería ripiada de imponente factura (el primero de ellos está reforzado en todo su recorrido por torreones adosados de 5 metros de diámetro y bastiones adosados igualmente semicirculares de 3 metros de diámetro, separados entre sí a una distancia de 2,80 metros), que cierra el lado más accesible del extremo de la meseta donde se asienta, limitada por el farallón, el cual se extiende a lo largo de unos 200 metros de longitud.  

Sus constructores buscaron un apoyo firme y sólido, por lo que procedieron a despejar la tierra hasta conseguir la roca viva de la plataforma de la arenisca. Una vez hallado un asiento resistente y al estar en pendiente, acuñaron con ripios las primeras hileras de mampuestos hasta conseguir un plano horizontal para ejecutar el muro. Con este asiento se garantizaban por una parte una excelente cimentación natural con una gran capacidad portante y buena estabilidad para el resto de la construcción.

Este esquema posiblemente se repita hacia el interior. Los lienzos principales de grandes mampuestos que forman la cara exterior de la muralla están ejecutados con ángulos de desplome hacia el interior entre el 10% y el 20% sobre la vertical. A medida que se iba ejecutando el muro, nivelándose las hiladas con ripios, se rellenaba con áridos el espacio dejado entre los lienzos principales de mampuestos, para darle consistencia y estabilidad al conjunto.

Coronación del primer recinto amurallado, con hiladas de mampostería ripiada.
Su ángulo de desplome hacia el interior oscila entre el 10% y el 20% sobre la vertical

El conjunto arqueológico de Villavieja está formado, así pues, por un asentamiento amurallado ubicado sobre el punto más elevado de la meseta que forma un espolón. El perímetro de la misma se dibuja como un semicírculo que cierra los flancos noreste y noroeste, mientras que por el sur se presenta un gran escarpe abierto al valle del Genil, desde donde se contempla una visión del paisaje cuya distancia se extiende en la lejanía hasta alcanzar más allá de los límites de Sierra de Campo Agro e Iznájar, lo  que lo convierte en un referente visual dotado de una situación estratégica excepcional, cuyo control del territorio sería determinante.

Espolón rocoso amesetado sobre el que se asienta el poblado de Villavieja con el río Genil en primer plano
y Ventorros de Balerma al fondo
Vista panorámica desde el flanco sur, con Ventorros de Balerma al fondo

Por todas estas características, el conjunto arqueológico de Villavieja se constituye en un referente arqueológico a nivel nacional, además de ser un excepcional conjunto patrimonial de la provincia de Granada y de la Prehistoria europea. Su excepcional estado de conservación precisa de una protección acorde a su singularidad.

Una mera observación del yacimiento desvela una protección inadecuada. En este sentido, no dispone de ningún tipo de valla y lo que es más incongruente alberga en su interior cinco miradores, los cuales son un polo de atracción para todo tipo de atropellos en forma de actos vandálicos. Asimismo, en el espolón rocoso amesetado sobre el que se asienta este poblado se han colocado cinco miradores, los cuales no disponen de ninguna medida de seguridad que lo proteja, habiendo un gran peligro de despeñamiento.

Por ello, instamos a las administraciones públicas para que la política de protección y conservación del patrimonio histórico sea, como contemplan sus objetivos programáticos, una de sus máximas prioridades. Este apoyo institucional garantizaría además la puesta en valor de Villavieja, cuyo entorno además se vería favorecido por la difusión de un enclave de tal índole que le daría visibilidad no solo a nivel nacional sino también internacional. Aunque todavía se está a tiempo de revertir esta situación, este yacimiento emblemático apenas conocido por el gran público no puede esperar más tiempo que languidezca y duerma el sueño de los justos. Se requiere de una actuación urgente que adopte medidas de seguridad y prevención de riesgos, lo que junto al apoyo institucional de financiación y difusión de este asentamiento le daría un impulso definitivo a su entorno y por ende a la provincia de Granada.

Mirador 4. Villavieja se asienta sobre un espolón rocoso amesetado.
Este enclave no está vallado y existe el riesgo de despeñamiento

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Carrito de compra