JOSÉ ÁNGEL MARINA GIL
El castillo de Albanchez de Mágina es una de las fortalezas más abruptas e inaccesibles que se encuentran en Andalucía. Emplazado en la comarca de Sierra Mágina, en la provincia de Jaén, se yergue como un nido de águilas a 950 m de altitud y se encuentra enclavado en la ladera oriental de la Serrezuela, frente al Monte Aznaitín. Desde su cota domina la población y un amplio valle.
Lo que comúnmente se conoce como Castillo de Albanchez es solamente su alcazarejo, ya que debido a la arriscada constitución del terreno el recinto exterior se sitúa unos 50 m más abajo, al pie de la peña que sostiene el alcazarejo. Su construcción data del siglo XIV, por caballeros de la Orden de Santiago, los cuales habían conquistado Albanchez en 1231.
A inicios del siglo X los árabes construyeron en la cima de la Sierra de los Castillejos un refugio fortificado para la protección de los campesinos que vivían al pie de la peña. Posteriormente construyeron otro castillo con tapial en la parte baja del pueblo, del que apenas nos han llegado restos.
En el alcazarejo destacan dos torres, las cuales están encaramadas en una inaccesible pared rocosa, y un pequeño patio de armas, triangular y con parapeto almenado y ventanas saeteras. Al lado de la abertura se encuentra un aljibe que garantizaba el abastecimiento de agua.
El castillo ofrece unas perspectivas extraordinarias para el control visual de las poblaciones del entorno. Desde su altura se divisa toda la comarca, con el castillo de Bedmar y las localidades de Bedmar, Baeza y Úbeda. Se puede observar de izquierda a derecha Serrezuela de Bedmar, Cueva del Aire, Cerro Golondrina, el Torcal de Albanchez y Cerro Carluco.
Unos metros más abajo del alcazarejo, en dirección norte, se conserva en regular estado el muro que cerraba el conjunto, un murallón de 13 m de largo, muy desmochado que acaba en una terraza cuadrada a manera de coracha o lienzo de muralla, con su torre albarrana ya asomada al precipicio.
En la fallida conjura de viernes santo de 1460 contra la familia de los Cuevas (destaca entre ellos el valido del rey de Castilla Beltrán de la Cueva), un grupo de caballeros ubetenses enemigo de los Cuevas proyectó apoderarse de esta fortaleza y otras propiedad de los Cuevas. Uno de los conspiradores consiguió engañar a su alcaide y hacerse con el castillo de Albanchez, aunque finalmente la conjura fue sofocada con el ajusticiamiento de los traidores.
Aunque la encomienda de la Orden de Santiago sobre Albanchez pervivió, una vez finalizada la expulsión de la Península Ibérica de los musulmanes, el castillo perdió su función defensiva y fue poco a poco abandonado.