JOSÉ ÁNGEL MARINA GIL
Nos encontramos ante una de las villas romanas más importantes no solo de Andalucía sino de toda la Península Ibérica por su excepcional estado de conservación: la de Salar, en la comarca de Loja, en la provincia de Granada. Fue declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de Zona Arqueológica el 18 de mayo de 2021.
Los restos arqueológicos fueron un hallazgo fortuito, ya que se encontraron en 2004 cuando se preparaba el lugar para la construcción de una depuradora de aguas residuales. La excavación arqueológica comenzó en octubre de 2006 y finalizó en octubre de 2011. No obstante, el proyecto de excavación continúa a día de hoy.
Habitada entre los siglo I y V de nuestra era, la villa romana de Salar se encontraba situada cerca de una de las vías romanas de comunicación más importantes de la provincia Bética, concretamente a la vía que cruzaba transversalmente la depresión granadina. La provincia Bética, en la que se localiza Salar, era una de las provincias de mayor importancia exportadora de los productos que integran la triada mediterránea: trigo, aceite y vino.
Con una superficie de 424 m² excavados y 129 m² de mosaicos, la villa romana de Salar se trata de una villa de peristilo, es decir, una vivienda señorial de carácter agropecuario que tuvo su máximo esplendor entre los siglos III y V d.C. Las dependencias excavadas se identifican con tan solo el 10% de lo que sería la villa en su conjunto, pertenecientes a la pars urbana de la misma, es decir, la lujosa vivienda de sus propietarios.
Estamos frente al pasillo oriental del peristilo, con escenas marinas. El ambulacrum en el que nos encontramos comunica el triclinio con el peristilo a través de un bonito escalón de mármol. La solería de dicho pasillo está cubierta con un magnífico mosaico figurativo que representa un thiasos marino, es decir, la corte triunfal de servidores del dios Poseidón, en el que destaca una nereida, probablemente Anfítrite, la esposa del dios mar Neptuno, que monta sobre un monstruo marino.
Nos encontramos frente al pasillo occidental del peristilo, con escenas de caza, en la que se intercalan elementos vegetales del paisaje con leopardos, jabalíes y jinetes a caballo. El espectacular programa decorativo que engalana las estancias dedicadas a la residencia del dominus de la villa romana de Salar es un elemento indicativo del poder económico y la preeminente posición social de sus moradores.
Nos encontramos frente a un mosaico en el que aparecen varias escenas de caza o cinegéticas como un noble montado a caballo lanceando a un jabalí, la caza de un jabalí por un cazador a pie con lanza y un perro, un leopardo atrapando a un caballo con sus fauces, una leona enfrentada a un jinete en el suelo que la apuñala y su caballo, y un adulto tirando una piedra a un león.
Estamos frente al triclinio o comedor principal de la villa. Se trata de una de las estancias de representación más importantes, donde se realizan grandes banquetes. Tiene 9,70 m de largo por 6,90 de ancho, y ocupa un lugar preeminente de la vivienda del propietario de la casa. Esta sala está pavimentada con un mosaico policromo de motivos vegetales y geométricos, mientras que los zócalos de las paredes estaban revestidos de placas marmóreas.
Estamos frente al ninfeo, santuario consagrado a las fuentes y a las ninfas. El ninfeo de la villa de Salar recrearía una gruta en forma de U, rematado con una cubierta abovedada, cuyos brazos estarían abiertos al triclinio. Flanqueando esta estructura se colocaron dos pequeñas esculturas femeninas semidesnudas de ninfas, que debieron funcionar como fuentes.
Nos encontramos frente a la fuente del peristilo. Situada en el extremo oriental del atrio, enfrentado con el triclinio, se trata de un pequeño ámbito semicircular, a modo de exedra, con pavimento de mosaico, que pudo funcionar como mirador al interior del patio ajardinado. Destaca, asimismo, el canal perimetral, que se adosa a los muros que definen este peristilo, y que recogía las aguas de lluvia.
Estamos en la sala abovedada. Se trata de un ámbito perteneciente a un edificio que se adosa por el sur al pasillo meridional de la residencia del dominus, y que contó con un suelo de mosaico de motivos geométricos (casi desaparecido hoy día) y una espectacular y muy poco frecuente en la península ibérica cubierta abovedada formada por hiladas de tubos de cerámica.
Nos encontramos frente a la estancia 1. Se trata de un posible cubiculum o dormitorio, de forma cuadrangular, que se abre al pasillo occidental que rodea el peristilo. Posee un bonito mosaico policromo geométrico, en buen estado de conservación.
Estamos frente a la estancia 2. Se trata de un espacio adosado por el sur a la estancia 1 y que se abre también al pasillo occidental. Pavimentado con un mosaico en blanco y negro, con diversos motivos geométricos encuadrados. Además, está rodeado parcialmente con una cenefa decorativa, formada por pequeñas piezas marmóreas de colores.
Nos encontramos frente a una estancia con entrada tripartita. Se trata de un espacio adosado por el sur a la estancia 1, y que se abre también al pasillo occidental. Pavimentado con un mosaico en blanco y negro, con diversos motivos geométricos encuadrados y rodeado, al igual que la estancia 2, con una cenefa decorativa formada por pequeñas piezas marmóreas de colores.
Estamos en el interior del museo donde podemos contemplar tres venus labradas en mármol blanco (las dos primeras de ellas proceden del ninfeo y se colocaron a ambos lados del mismo). la primera es la Venus Venera, de la que solo se ha conservado desde la cintura a los pies. Es una venus con las piernas descubiertas, asomando el manto por detrás. La Venus porta una concha sobre su pubis que sujeta a ambos lados con sus manos y que aún conserva la perforación que servía de surtidor. La segunda es la Venus Púdica, que representa una figura femenina semidesnuda de cuerpo entero. Se cubre a partir de la cintura con un manto, el himatión. La tercera venus, encontrada en 2018, es una venus púdica tipo capitolino.