JOSÉ ÁNGEL MARINA GIL
Hoy vamos a visitar uno de los conjuntos monumentales y arqueológicos andalusíes más importantes de la Península Ibérica: la Alcazaba de Almería. Escenario de Juego de Tronos y de películas como Cleopatra y Conan el Bárbaro, por su importancia histórica, fue declarada Monumento Nacional en 1931 y BIC en 2004.
Sus casi mil años de historia nos ha permitido conocer la evolución experimentada en la arquitectura civil y militar durante la dominación árabe en Al-Andalus, debido a su construcción en diferentes fases y épocas, como el castillo y torres de época bajomedieval cristiana, así como el origen y evolución de la ciudad.
Situada en un cerro aislado, la Alcazaba es una sólida y extensa fortaleza con murallas de más de 3 m de anchura y 5 de altura, formando un recinto cerrado sobre sí mismo, pero conectado con los lienzos de la muralla que configuran y dan sentido a su propio desarrollo, dentro de una unidad más compleja, como es la fortificación de la ciudad, en el que el barranco de la Hoya y el Cerro de San Cristóbal mantienen una conexión directa con la Alcazaba, tanto física como visual, creando un conjunto de extraordinaria magnitud. La Alcazaba-castillo queda al sur conectada con la ciudad, y al norte el Cerro de San Cristóbal.
Es una de las ciudadelas mejor conservadas en la actualidad, y con sus 1430 m de perímetro amurallado, la Alcazaba de Almería es después de la Alhambra la construcción musulmana más extensa de la Península Ibérica y la segunda alcazaba andalusí de mayor extensión de la Península después de la de Badajoz.
El entorno que describe a este BIC, que comprende tanto la Alcazaba como las murallas del Cerro de San Cristóbal, no se encuentra muy alterado, ya que se trata del Barranco de la Hoya, que es un amplio espacio sin ningún tipo de edificación, que refuerza la imagen de la Alcazaba y de sus murallas.
Almería deriva del árabe Al-Mariyyat (atalaya o torre vigía). Creció a los pies de un cerro, donde en el siglo IX había una atalaya para la defensa de un fondeadero y su arrabal, que dependía de la ciudad de Bayanna (actual Pechina). Finalmente, en el siglo X el califa Abderramán III fundó la ciudad de Almería como atalaya defensiva de la ciudad de Bayanna. Para ello, rodeó la ciudad con una muralla y ordenó construir su Alcazaba en el año 955 sobre los restos de una fortaleza anterior.
La Alcazaba de Almería fue tomada en 1487, en plena Guerra de Granada. Construida en piedra arenisca, tiene 3 recintos consecutivos, en un solo perímetro de muralla: 2 de estilo árabe y uno posterior, cristiano.
Se cree que antes de la existencia de la Alcazaba, en el mismo cerro existía una rábida (monasterio-fortaleza musulmana), construida a mediados del siglo IX, con la intención de defender los arrabales de los vikingos entre los años 840 y 861. Se diseñó como una edificación defensiva ubicada dentro de la ciudad de Almería, al norte del casco histórico. Tiene muros con torres de defensa, calles, casas y mezquita.
En el año 955 Abderramán III concede a Almería la categoría de medina. Es en ese momento cuando se comienza a construir la Alcazaba. Se construye también la mezquita aljama y las murallas que rodean la ciudad. La Alcazaba fue una fortaleza militar y al mismo tiempo sede del gobierno. Desde este lugar se domina la ciudad y el mar. Se perfeccionó todo el conjunto y se engrandeció con Almanzor y más tarde alcanzó su máximo esplendor con Jairán, primer rey de la Taifa de Almería, entre los años 1012 y 1028.
Su entrada se encuentra en la calle Almanzor, paralela a la muralla, que lleva tras unas escaleras en zigzag al primer recinto del castillo, tras la Puerta de la Justicia, con un soberbio arco de herradura, inserta en la Torre de los Espejos. Según la tradición, en esta torre existía un sistema de espejos cuya misión era hacer señales a los barcos que llegaban al puerto esperando contestación, y descubriendo así a los enemigos. En el extremo más oriental está el Baluarte del Saliente.
El primer recinto es un amplio lugar que corresponde a lo que fue campamento militar y refugio de la población en caso de asedio, que se dividía en 2 barrios, y un pequeño cementerio. Contaba con buenos aljibes y uno de los pozos que se utilizaban para subir el agua a una altura de 70 m.
En 1522 hubo un terremoto que destruyó gran parte de la ciudad, resultando el primer recinto gravemente afectado. Debido a que se desconoce su aspecto original, a la hora de restaurar la Alcazaba se decidió realizar una serie de jardines y ornamentos a semejanza de la Alhambra granadina. Los suelos empedrados, los pequeños canales que recorren los desniveles del terreno con el transcurrir del agua, los setos, las fuentecillas y los árboles son elementos que se desconoce si originalmente ocupaban estos terrenos.
El Muro de la Vela, mandado construir por el rey Carlos III, separa el primer recinto del segundo, aunque se accede desde este último. Se llama así porque allí se levantaba la Campana de la Vela, que anunciaba varios eventos cuando tenían lugar: barcos que entraban en la bahía, peligro, fuego, etc. La campana reunía con su toque a los defensores de la fortaleza. En otras épocas sirvió para marcar la hora del agua a los regantes, como toque de queda y como cierre de las puertas de las murallas y salida de las patrullas.
El segundo recinto era la residencia para gobernantes, guardias y servidores. En realidad era la ciudad palaciega con dependencias como mezquita, casa del alcaide, viviendas, baños reales, aljibes, tiendas, etc. También existen los baños de la tropa, que siguen el modelo de los baños romanos. Debido a los terremotos que asolaron a Almería en la Edad Moderna apenas quedan algunos restos en pie.
La Ermita de San Juan es una antigua mezquita reconvertida al culto cristiano por los RRCC. Construida entre 1490 y 1523, y de estilo mudéjar, hoy es usada como pequeño auditorio.
El Mirador de la Odalisca, en la Torre del mismo nombre, se trata de una pared en su cara norte que correspondía al palacio de Almotacín, rey taifa de Almería del siglo XI, y que cuenta con 2 aberturas hacia el Barranco de la Hoya. Existe una leyenda referente al lugar, la cual la vamos a contar en el siguiente vídeo.
La leyenda sobre el Mirador de la Odalisca es la siguiente. Antes de que este recinto se transformara en ruinas, esta era la residencia de Almotacín, que disponía de un harem. Una noche, esperando a su concubina favorita, de nombre Galiana, el rey quedó esperando. En realidad, ella había acudido a liberar a un preso cristiano que cantaba todas las noches a su hermosura. Cuando él se estaba descolgando por esta ventana con la ayuda de unos paños de seda que la odalisca había anudado, apareció la guardia, por lo que decidió soltarse para evitar ser apresado de nuevo, muriendo al llegar al suelo. Tras ver despeñarse a su amado, la concubina empezó a llorar en el alféizar de la ventana, muriendo de lástima poco después.
El tercer recinto alberga el castillo, la construcción más moderna de la Alcazaba. Tras la toma de Almería el 26 de diciembre de 1489, los RRCC mandaron construir un castillo en la parte más occidental y elevada, donde hasta ese momento se alzaba un alcázar, adaptado a las nuevas necesidades y a la artillería. Se construyó entre 1490 y 1534. A este espacio, protegido por torres semicirculares, llamadas del Homenaje, de la Noria del Viento y de la Pólvora, y un foso, se accedía a través de un puente levadizo.
El interior del tercer recinto se organiza en torno al Patio de Armas, dominado por la Torre del Homenaje. Destacan la Torre de la Noria del Viento y la Torre de la Pólvora. En el centro del Patio existe un aljibe rectangular y un silo acampanado que en el pasado también sirvió como mazmorra. Los sillares con los que se construyeron los muros de este recinto están marcados con toda clase de símbolos basados en figuras geométricas. Son las firmas de los canteros que las esculpieron, ya que su salario se basaba en la cantidad de piedras que eran capaces de realizar, pudiendo así identificar al creador de cada uno de los bloques.
La Torre del Homenaje es la más grande de todas las que rodean el tercer recinto. A diferencia de las demás, tiene planta cuadrada y no redonda, lo que corresponde a su uso como residencia. Su fachada principal está preparada para alojar el escudo de Carlos I, aunque nunca llegó a estar ahí.
La Torre de la Pólvora se sitúa en el extremo más occidental de la Alcazaba. Se usaba para almacenar los explosivos que se utilizarían en las armas de la fortaleza. Hacia 1845 se instaló el que sería el primer pararrayos de la ciudad. Dado que las arcas municipales no podían hacer frente a un gasto tan cuantioso, se recurrió a las familias locales más adineradas para que realizaran donaciones a tal efecto.
La muralla del Cerro de San Cristóbal, más conocidas como murallas de Jairán, construidas por el primer rey de la Taifa de Almería, Jairán, es lo que hoy permanece en pie de la antigua muralla que rodeaba toda la ciudad. Su nombre católico procede del corto período en el que Almería estuvo bajo el dominio de Alfonso VII, en el que se erigió un castillo dedicado a San Cristóbal. La muralla, con una sección de 3 m de grosor y 5 m de altura, cuenta con un total de 7 torreones: 3 de planta cuadrada de origen árabe, y 4 de planta circular de origen cristiano, erigidos por orden de Alfonso VII en el año 1147.
La estatua del Sagrado Corazón de Jesús se trata de una imagen erigida en 1928 en mármol de Macael, situada en lo más alto del Cerro de San Cristóbal. Fue dinamitada en la Guerra Civil española y posteriormente reconstruida en 1944. Fue finalmente restaurada en el año 2000.