JOSÉ ÁNGEL MARINA GIL
Hoy traemos al Portal de la Historia una de las obras más fascinantes y enigmáticas de la Antigüedad, La Reina de la Noche o Relieve Burney. Nos encontramos ante un altorrelieve que fue tallado hace 3800 años, en época del Primer Imperio babilónico, bajo el reinado de Hammurabi, que se extendió por Mesopotamia en la zona de los ríos Tigris y Éufrates, en el actual Irak.
Esta magnífica obra representa muy probablemente a la diosa babilónica Ishtar, erigida como la cabeza del panteón de las diosas babilónicas, Reina del Cielo y Señora de la Tierra, diosa del amor y de la fertilidad, de la vida y de la guerra, de la sabiduría y del inframundo, de los animales y de las bestias. Podría tratarse igualmente de la diosa sumeria Inanna, que se convirtió en una de las deidades más veneradas del panteón sumerio, con templos en toda Mesopotamia. Su culto, que podría estar asociado a diversos ritos sexuales, fue continuado por los pueblos mesopotámicos de habla semítica oriental (acadios, asirios y babilonios) que sucedieron y absorbieron a los sumerios en la región. Podría representar, por último, a la diosa sumerio-acadia del inframundo Ereshkigal, hermana de Ishtar, si bien esta hipótesis es la menos aceptada.
En un proceso de asimilación por otros pueblos del Próximo Oriente y del Levante mediterráneo, esta divinidad femenina suprema fue adoptada, en primer lugar, por los asirios, que la adoraban especialmente y la elevaron a la máxima deidad de su panteón por encima de su dios nacional, Assur. En la Biblia hebrea se alude a Inanna/Ishtar, que influyó enormemente en la ugarítica Ashtart y posteriormente en la fenicia Astarté. Asimilada a la púnica Tanit, a su vez posiblemente influyó en el desarrollo de la diosa griega Afrodita. Su culto floreció hasta su declive gradual entre los siglos I y VI de nuestra era, cuando el cristianismo se fue imponiendo gradualmente en muchos de los territorios donde estas divinidades femeninas llegaron a convertirse en las más importantes de sus respectivos panteones.
Tanto Ishtar como Inanna representan el arquetipo de la Diosa Madre. Para el mitólogo estadounidense Joseph Campbell, en su libro Diosas. Misterios de lo divino femenino, Ishtar/Inanna, que amamanta al dios Tammuz, es la misma diosa que Afrodita y que la egipcia Isis, que alimenta a su hijo Horus. No olvidemos que esta deidad constituye la matriz de todas las diosas madre que se han ido sucediendo a lo largo de la Antigüedad en el área mesopotámica y del Mediterráneo oriental.
La Reina de la Noche se trata de una de las mejores obras escultóricas en la que aparece la imagen arquetípica de la diosa Ishtar/Inanna bajo una triple vertiente, cuya presencia se manifiesta bajo diferentes símbolos: de poder, como señora de la guerra, alada con garras en vez de pies sobre dos leones; de sabiduría y conocimiento oculto, como señora de las bestias y de los animales que pueden ver en la oscuridad (en este caso, búhos a ambos lados); y del inframundo, al tener sus alas desplegadas hacia abajo.