JOSÉ ÁNGEL MARINA GIL
nesHoy vamos a visitar la ciudad granadina de Guadix, declarada Conjunto Histórico-Artístico por su inmenso patrimonio monumental, tanto civil como religioso, entre el que destacan el teatro romano, la catedral, la Alcazaba, sus iglesias, sus palacios renacentistas y sus casas-cueva.
Nuestro recorrido por la ciudad de Guadix va a empezar por el teatro romano de la colonia romana Julia Gemella Acci, del siglo I d.C., el cual fue descubierto fortuitamente cuando se excavaba un aparcamiento subterráneo. El teatro se articulaba en 3 partes: la scaena, la orchestra y la cavea. Un gran muro frontal (scaenae frons), que simulaba una estructura arquitectónica de fachada y donde aparecían varios órdenes arquitectónicos superpuestos con sus columnas y entablamentos, servía de decorado fijo. En él se abrían 3 puertas, una central (valva regia) y 2 laterales (valvae hospitales) por donde los actores salían a escena. El proscaenium era el espacio en el que se desarrollaban las representaciones teatrales y estaba situado sobre el pódium, entre la orchestra y la scaenae frons. La orchestra es el espacio semicircular entre el escenario y las gradas. El graderío donde se acomodaba el público se denomina cavea. Se dividía horizontalmente en 3 partes: la ima, reservada a los miembros del orden ecuestre, la media a ciudadanos libres y la summa albergaría a las mujeres, grupos menos relevantes socialmente y esclavos.
Proseguimos nuestro recorrido en Guadix por la catedral. Se levantó sobre el solar de la antigua mezquita aljama, la cual se reaprovechó en su 1ª fase. El nuevo templo se erigió bajo la advocación de la Encarnación de la Virgen en 1492. Fue construida entre los siglos XVI y XVIII bajo los estilos gótico, renacentista y barroco, destacando este último.
Bajo el estilo gótico se construyó entre 1510 y 1520 por Pedro de Morales el coro y el trascoro. Bajo el estilo renacentista se construyó por Diego de Siloé a partir de 1549 el ábside, parte del crucero, la capilla de Don Tadeo y parte de la sacristía. Debido a la crisis económica tras la rebelión de los moriscos, en 1574 las obras se paralizaron hasta 1594. En 1632 se realizó el 2º cuerpo de la torre y la sacristía. En 1713 se reanudan las obras bajo el impulso económico del rey Felipe V. El nuevo proyecto se encarga al maestro mayor de la catedral de Jaén, Blas Antonio Delgado, que perfila las trazas generales de la catedral, los alzados, las puertas y la cúpula, siendo sustituido en 1714 por Vicente Acero, que cambiará el proyecto, eliminando y añadiendo elementos, como bóvedas y capillas. Las bóvedas y la cúpula, barrocas, proyectadas por Acero serán terminadas por Francisco Hurtado Izquierdo y Gaspar Cayón, máximo artífice del templo. La cúpula descansa sobre 4 pechinas.
La fachada principal, espléndida muestra del barroco, es conocida como portada de la Encarnación. Fue realizada entre 1754 y 1799 por Gaspar Cayón y Pedro Fernández Pachote. Presenta 3 cuerpos caracterizados por la alternancia en el muro de líneas cóncavas y convexas; un vano central, más grande y de medio punto, flanqueado por 2 adintelados, entre grupo de columnas con gran basamento. En el primer cuerpo aparecen hornacinas con las figuras marmóreas de San Pedro y los 7 varones apostólicos. Estas se reconstruyeron en 1992 por la escultora María Ángeles Lázaro Guil, ya que las originales fueron destruidas durante la Guerra Civil. El 2º cuerpo muestra 2 óculos a los lados y un relieve de mármol de la Encarnación. En el tercer cuerpo aparece un escudo del rey Felipe V.
La portada norte o de Torcuato fue realizada por Gaspar Cayón en 1728, en cuya hornacina se hallaba una escultura de Torcuato, desaparecida desde la Guerra Civil. Sin embargo, a la derecha de la portada en otra hornacina sí que existe otra escultura del santo. El primer cuerpo del campanario fue realizado por Diego de Siloé en 1556, en cuyo interior se encuentra la sacristía; el 2º cuerpo está construido en ladrillo y se realizó en el siglo XVII cuando las obras de la catedral estaban paralizadas; mientras que el tercer cuerpo también es de ladrillo y fue erigido en el siglo XVIII. La torre está rematada por una linterna de 1863, y un chapitel con la figura del Sagrado Corazón de Jesús de 1945.
La portada sur o de Santiago fue construida en el siglo XVIII por Vicente Acero. Entre sus columnas se encuentran azucenas, símbolo de la catedral, mientras que en la hornacina se encuentra una figura de Santiago. Se aprecian las iniciales F e Y, aludiendo al rey Felipe V y a su esposa Isabel de Farnesio.
La Plaza de la Constitución de Guadix es el espacio público principal de la ciudad, tanto por sus dimensiones y su ubicación al final del Paseo de la Catedral como por su historia. Aquí es donde se concentra el poder y las funciones políticas. Su 1ª construcción es de finales del siglo XVI y comienzos del XVII, creando un espacio rectangular bastante amplio, con galerías presididas por arcos escarzanos apoyados sobre columnas de fuste liso y capiteles jónicos. Actualmente solo 8 arcos son originales, los que sostienen el edificio de la Oficina de Turismo. Observamos también algunos arcos presididos con el escudo en piedra con el águila bicéfala y la corona imperial de Carlos V.
El Ayuntamiento de Guadix preside la Plaza de la Constitución, la cual sufrió varios incendios durante la Guerra Civil, que afectaron a parte de los inmuebles, por lo que a partir de los años 40 se remodeló y fue entonces cuando se cierra todo el perímetro de cantería y se traslada el balcón de los Corregidores para instalarlo en el actual Ayuntamiento. Tiene una leyenda que testimonia su construcción en 1606 ostentando encima el escudo Real, en el centro y a los lados los de Guadix y del Corregidor bajo cuyo mandato se realizó esta magna obra. Desde las balconadas del Corregimiento y las que tuvo el antiguo ayuntamiento y muchos de los edificios que rodean la plaza, las autoridades y vecinos asistían a los espectáculos públicos (corridas de toros incluidas), celebraciones religiosas y populares y las proclamas políticas que tenían en este espacio su centro neurálgico.
La iglesia de Santiago de Guadix, del siglo XVI, es una de las construcciones religiosas más importantes de la ciudad, tanto por sus dimensiones como por los arquitectos y escultores que trabajaron en ella, destacando Diego de Siloé, uno de los artífices de la catedral. La fachada destaca por su blancura y por su genial composición de los cuerpos de la iglesia junto con el Convento de las Clarisas. Los tejados de la iglesia están decorados con teja vidriada, de entre los que destaca el chapitel cerámico rematando la torre. La portada principal sobresale por su monumentalidad. En su cuerpo inferior se abre el vano de entrada al interior, mediante un arco de medio punto flanqueado por dobles pilastras corintias sobre altos pedestales. Entre las pilastras existen varias hornacinas aveneradas y superpuestas. Sobre dichas pilastras se apoya el friso decorado con grutescos, al igual que las pilastras. El cuerpo superior consta de una hornacina central enmarcada entre columnas acanaladas y orlada con guirnaldas de frutas y hojarasca. A los lados aparecen angelotes, dragones, monstruos y máscaras. En el 2º cuerpo están los escudos del obispo Antonio del Águila y de Carlos V.
El palacio de Peñaflor perteneció a los Pérez de Barradas, llegados a Guadix tras la Reconquista. Construido en el siglo XVI, de dos plantas, se apoya sobre la muralla oriental de la urbe. Destacan sus 2 fachadas, la principal, que da a la calle Barradas, y la que da a la Plaza de Santiago. La fachada principal es sobria, realizada en ladrillo con aparejo inglés antiguo. Cuenta con una única puerta de acceso y está flanqueada por 2 torres cuadrangulares a ambos lados, con galerías de arcos sobre pilares ochavados, muy características de las casas nobiliarias, y cubiertas con forjado de par y nudillo. La puerta, adintelada, no presenta decoración. Sobre ella hay 3 balcones sencillos con rejería carcelera. Los únicos elementos decorativos en esta fachada son los escudos de armas.
El cuerpo con el balcón en esquina y voladizo, con forjados y arcos parecidos a los escarzanos apoyados sobre columnas de madera y barandilla con balaustres tornados del mismo material, forma parte de una estructura correspondiente a un añadido posterior del siglo XVIII. Así puede verse en la junta que separa ambos cuerpos. Desde él se puede ver el caserío, la vega de Guadix y la iglesia de Santiago. Debajo del balcón existe un arco de descarga actualmente cegado.
El palacio de Villalegre, del siglo XVI, es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Fue construido por los Fernández de Córdoba sobre otra construcción musulmana, propiedad de Hernán Valle, secretario de El Zagal. En 1685 pasó a manos del marqués de Villalegre. El edificio presenta paramentos de ladrillo, si bien la portada está realizada en piedra. En las fachadas laterales aparecen cajones de tapial calicastrado encintado con machones de ladrillo. La fachada principal está flanqueada por 2 torres con arcadas de arquitectura mudéjar. Ha tenido diversos usos, desde cuartel de la Guardia Civil hasta corrala de vecinos. En la actualidad acoge dependencias municipales.